Libro Sombras del ayer

  Reseña    Reseña del libro: “Sombras del Ayer”   De el autor: Abel Angulo   (Editorial Adarve, diciembre de 2020)   “Sombras del ayer”  es  básicamente una historia de espías, o eso puede parecer en una primera lectura  a un lector poco  ave zado . Una apasionante trama llena de suspense e intriga  en la que poco a poco, ir r emedia ble mente, se va tejiendo una complicada historia de amor. Ambientada geográficamente  en la ciudad de Zaragoza, el autor aprovecha con maestría todos los recursos de una urbe con unos atractivos  muy interesantes , quizás desconocidos para los foráneos, pero muy presentes en la vida cotidiana de la ciudad.  Desde su impresionante Basílica del Pilar , el río Ebro con su mítico pozo San Lázaro, o las viejas barriadas envueltas por un halo de misterio en los días en que la espesa niebla envuelve las calles. La trama se desenvuelve a lo largo de las páginas introduciéndonos en una partida de espías , en la que  los agentes de las dos Coreas y de otras p oten

Un libro y una flor.   Van andando a la par muy juntos, hasta que Iseul se separa un instante para tocar con la mano el tronco de uno de los árboles que jalonan la calle.  _ Anda, ¿y eso?_ _ Dicen que da buena suerte_ sonríe con los labios finos a juego con sus ojos rasgados, que apartan la mirada como una niña después de una travesura. Labios y ojos rasgados en líneas rectas marcando el destino de un hombre, tanto o más que las líneas de la mano. Se acerca una mujer mayor china con unos manojos de flores. _ ¡Mira!, son mugunghwa_ señala Iseul unas flores de color rosado. _ ¿Cómo las has llamado?_ pregunta Mario. _ Mugunghwa. Es la flor nacional de Corea. De niña me gustaba ir al campo a cogerlas. Es mi flor favorita. _ Son muy bonitas_ dice Mario a la vez que elige una para Iseul, dándole a la mujer unas monedas que recibe con un amplia sonrisa. Iseul acerca la flor a su nariz rozándola con los labios, después mirando a Mario a los ojos le dice gracias. Sombras del ayer  

La nación coreana; la raza más pura de la tierra. Hablando de mitos y leyendas, para el pueblo coreano su existencia llega con el mítico Dangun. El pueblo coreano cree pertenecer a la raza más pura de la tierra, de una única sangre. Según la leyenda, el rey de los cielos Hwanin tenía un hijo llamado Hawanung. Este albergaba en sus deseos el anhelo de vivir en la tierra. Su padre accedió al fin a concederle lo que con tanto anhelo esperaba, lo envió a la tierra con tres mil de sus seguidores. Aterrizó en el llamado lago del cielo, situado en la cima de una montaña, el monte Paektu, hoy en día en la frontera de Corea del Norte y China. Allí formó el pueblo Han (raza celestial). Sombras del ayer