Libro Sombras del ayer

Ojos rasgados,  palabras de honor. _ Hubiera preferido que no aceptaras_ le confiesa la chica_, es muy peligroso, no me gusta verte involucrado_ _ Llegué a un acuerdo con él_ _ Todavía puedes pensártelo_ reclama la chica. El joven niega con la mirada. _ Soy hombre de palabra y, ya la di_ guarda una pausa_ Además si tu corres peligro yo quiero estar a tu lado_ La chica acerca su mano a la del joven rozándola con dulzura, sin quitar por un instante sus ojos negros de los ojos también oscuros que la miran apasionados. _ Lo mío es diferente, forma parte de mi trabajo. Es mi deber_ explica la chica. _ Lo mío forma parte de mi destino. Yo no pedí perderme en tus ojos, ni saber de tus labios, ni pensar todo el día en ti_ Sombras del ayer.    

Fantasmas del pasado que vuelven para susurrar al oído de los vivos. Sombras del ayer, "Korean connection". Justo cuando se cumple un año de la publicación vuelve a Zaragoza el frío invierno. Y con los días cortos, las largas noches, las cerradas nieblas..., vuelven los agentes secretos acompañados de su soledad para llevarse el fantasma de un hombre... "Después de un breve intercambio de fuego que levanta nubes de polvo en la nieve, todos los comandos logran cruzar la alambrada y pisan territorio de Corea del Sur.   Patrullas surcoreanas se acercan a la zona; los norcoreanos ya se marchan. Un comando cae al suelo, ha resultado herido en la refriega. Al igual, unos metros adelante ha caído la silueta que logró llegar a la alambrada y cruzar a territorio surcoreano. Los comandos se acercan, giran el cuerpo, el hombre está herido, un balazo en el hombro, el rostro blanquecino dolorido, los ojos avellanados mirando con temor. Los comandos tornan el gesto de euforia, en rost