Las noches del Antillas Club.


https://www.youtube.com/watch?v=gu9_m0vm7fM

Los dos vuelven a beber, apoyados los codos sobre la barra, dejando atrás escenas de chicas guapas y sensuales bailando junto a chicos ritmos de otros climas y de otros paralelos.

_ Yo tuve una novia_ empieza a contar Alberto_. Estuvimos tres años juntos, alquilamos un piso. Ya veía mi vida en una feliz rutina_ hace una pausa para beber_. Un día sin más, me dijo que todo había terminado. Me quedé estupefacto. Había conocido a otra persona en el trabajo, eso me dijo.

_ Vaya. ¿Y desde entonces no has vuelto...?_ sigue Mario la conversación antes de terminar el cóctel de un largo trago.

_ Algo pasó en mí, no sé..., la alegría me abandonó, ya no volví a tener estrella.

Gente de otra época, lluvias de otros tiempos.   

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Oriental intrigue, fantasmas del Este.                                https://www.youtube.com/watch?v=WSBUFqLoP3Y La noche se ha refrescado bastante, se ha vuelto a echar la niebla, no es demasiado cerrada pero la humedad cala los huesos. La media hora que lleva andando desde el Antillas   hasta su barrio le ha despejado la cabeza de los residuos del alcohol. Se sube el cuello de la cazadora de cuero para protegerse del frío. La luz intercalada de las farolas se torna difusa y amarillenta con la bruma que las rodea. Pasa al lado de un puente sobre el canal, al otro lado, la entrada de la calle Santa Gema se ve abandonada y gris a las tres y media de la madrugada. Continúa andando tranquilo por la acera que sigue el margen del canal; el agua adquiere un tono gris, desdibujándose por la niebla corriente abajo. Según va acercándose al puente de hierro de la calle San Viator observa a alguien que parece mirar el agua del canal apoyado en la barandilla. Cuando llega a su altura ve que es un
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Historias del pasado. La carretera estrecha serpentea siguiendo el curso del  canal, ningún coche ha pasado en todo el rato que lleva andando, tampoco se ve a nadie por la zona. Más adelante se encuentra el primer puente que da acceso al barrio de La Paz. Al cruzar el puente se para un instante mirando el agua bajar lentamente, burbujeando en la superficie bajo la lluvia. A ambos lados cañizales y vegetación baja flanqueando el cauce. Se pregunta qué secretos esconderá bajo la superficie esa agua oscura. Las historias de mucha gente que pasó sin detenerse, como lo hace el agua en su curso inexorable hacia su final. En algún lugar de ese curso también está escrita la historia de su padre... Gente de otra época, lluvias de otros tiempos.    
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